
Ralph Fiennes se reencuentra con la realizadora de DIAS EXTRAÑOS en EN TIERRA HOSTIL, con un brevísimo y casi irreconocible papel de armas tomar en mitad de un desierto iraquí por el que también se asoma brevemente Guy Pearce. Pero son actores desconocidos los que protagonizan la película, una especie de versión bélica contemporánea de ARMA LETAL, ni documental ni realista ni sucio spot como el sobresaliente espectáculo de BLACK HACK DERRIBADO, ni falta que hace, pero que transmite con rigor la nerviosa sensación de inseguridad paranoide de un soldado rodeado de odio, alienígena en un mundo que le es ajeno, como un guerrero astronauta que somete y vive entre marcianos recelosos, sin mezclarse jamás con ellos ni respirar su aire (¿no era eso AVATAR?). Recomiendo como es habitual mirarla en una sala de V.O., incluso es más barato en algunos lugares como mi ciudad, para percibir en su total pureza el chute de adrenalina de este yonki de la guerra con aire de Popeye, que en algún momento puede recordar (salvando distancias y actitudes) a los chavales que mal sobrevivían en la Bosnia ocupada de GUERREROS.

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