
DISTRITO 9 me evoca en su recta final a un BLACK HAWK DERRIBADO por el que circulan mercenarios afrikaners, brujos nigerianos y aliens en un pifostio que alcanza una sencilla épica guerrera con sello Hollywoodiense en su zénit dramático como no veía desde las aún recientes 300(en menor medida, aquí nadie va tan sobrado como aquellos locos griegos) y sobretodo, EL ÚLTIMO SAMURAI (Sin relación entre ambas, la dignidad recuperada de un extraterrestre y un humano a través de su rebelión y levantamiento me recuerda a la de aquel líder samurai y su improbable amistad con un oficial americano).

Por pedir, me habría gustado que el protagonista (humano) encontrara un poco antes en el metraje su coraje, pero la peli está muy bien tal cual, sus engranajes funcionan a la perfección en todos los aspectos, permanece en la retina una vez terminada y propone con acierto mucho más que sólo acción. Su carga reflexiva quizás se difumine en posibles futuras entregas en favor de un universo tan sugerente y sugestivo para el cine como éste que han creado, pero relajémonos y disfrutemos de las probables secuelas, que siempre nos quedará el distrito original.
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