
Más allá de la trinidad J.B. (James
Bond,
Jason Bourne y ¡
Jack Bauer !), tan
molona como inverosímil,
Hollywood está explotando un nuevo cine "de espías" (más bien de agentes secretos, del "juego" en definitiva) que ha trasladado la situación del nuevo caos mundial post-11-S a la pantalla en forma de gran espectáculo en ocasiones inteligente. Ése es el caso de RED DE MENTIRAS, de
Ridley Scott (y de otras como
Syrianna o La Sombra del Reino, en distinta medida) tan entretenida como cualquier
peli del director, y pese a algunas resoluciones quizás previsibles por muy de
peli clásica del género, con interesantes aportaciones reflexivas sobre la guerra contra el terror de los servicios de inteligencia norteamericanos, reflejados como inferiores e ineficaces aunque competentes respecto a por ejemplo, la inteligencia
Jordana que pisa un terreno menos extraño, con menor tecnología pero mayor experiencia y solvencia, habitualmente
ninguneada por la C.I.A. (según la película) y por otras producciones plagadas con frecuencia de tópicos prejuicios.
En forzado paralelismo con el templario
ARN (del
film reseñado recientemente en este blog), el personaje de
DiCaprio se integra (al menos superficialmente) en su entorno (oriente medio) y lo respeta, y es consciente de que la mayoría de sus compatriotas no lo hacen y eso les puede costar la guerra.
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