
En
Turín transcurre esta historia de cine, de vida, de amor, y de amor al cine y a la vida. El cine como medio de expresión para contar historias, pero también como parte de la propia existencia. Puro si vuelve a sus raíces primigenias y sencillas aunque profundas.
Olvidémoslo aqui como el negro espejo de la condición humana que también puede ser, y
mirémoslo en los ojos de su
coprotagonista, el
Buster keaton italiano. El
Chaplin latino es Roberto
Benigni, claro. Recordemos a Jhonny Deep en Benny & Joon ,al prota de la olvidada Matías, Juez de Línea o a Dominique Pinon en Delicattesen, el clown ha vuelto.
Comentarios