

DEATH RACE es más espectacular que su predecesora, aquella ofrecía (y ofrece) negrísima sátira donde la actual entrega adrenalina y acción desbordada - en la actual CARRERA DE LA MUERTE no se atropellan inocentes peatones - en un contexto de depresión económica,compañías privadas de seguridad y shows en internet, similares a los de PERSEGUIDO, FORTALEZA INFERNAL y la reciente LA ISLA DE LOS CONDENADOS, pero menos colorista que las de décadas anteriores y subrayando mucho menos la ciencia ficción de aquellas. Roger Corman firma como productor ejecutivo de las nuevas encarnaciones del kamikaze Frankenstein. Entretenimiento efectista pero efectivo, honesto.
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