
Nueva York bajo el Terror.
La capital del mundo vive una hecatombe como nunca ha visto. Este blog no es el lugar habitual para comentar noticias de actualidad, pero esta me ha impresionado particularmente. La isla de Manhattan sufre una destrucción humana y material muy superior a la que le inflingió el 11-S. La ciudad ha sido reducida a cenizas. Los daños humanos y materiales son inimaginables.
Una criatura gigantesca de origen desconocido, salida de tiempos o lugares remotos cosecha aún un avance de momento imparable por la isla, amenazando al resto de la Metrópoli, y vista la situación, a toda la humanidad, de no ser detenida.
En Apocalypse Now, el coronel Kurtz decía algo así como que " la muerte y la crueldad extrema aportan clarividencia y perspectiva a una situación vital". Eso están viviendo los habitantes que permanecen aún en la isla. Si la persona que te importa está herida, atrapada o en peligro, tus prioridades se tornan nítidas. No importa si era tu chica, si ya no lo es o si nunca lo fué. Puedes morir en cualquier momento y trazas una línea en el agua, que te definirá para el resto de tu vida. Tus prioridades se vuelven claras y te lanzas a ello, lo demás no importa. Puedes vivir para nada o morir por algo o alguien (y viceversa, tristemente). Este es el momento y esa es la condición humana.
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