
Un dicho popular cuenta que sólo los niños y los locos dicen la verdad.
Hay un falso loco en esta película, un cuerdo bastante reverente, hastiado de ser el limpiador de las basuras de los poderosos y ricos de este mundo, que se rebela quitándose la ropa y persiguiendo en bolas a las testigos de un caso importante del pueblo contra la multinacional asesina.
Aunque al final haya una trama criminal a modo de thriller ó cine negro, lo que más me importó a mí fueron las alcantarillas, la podedumbre que hay detrás de muchas grandes empresas, y todos esos macro-bufetes de abogados pagados para que el poderoso siempre salga beneficiado de las leyes y no pague sus delitos. (O mejor dicho, para que SÓLO PAGUE MUCHOS BILLETES Y LLEGUE A TRATOS Y ACUERDOS que eviten el llegar a juicio).Película que sigue la estela del mejor cine idealista americano, por una razón tiene en su interior a Sydney Pollack, director de varias intrigas periodísticas del estilo de se descubre la verdad oscura, oculta por los poderes fácticos.
Pero esta cinta es pesimista,a pesar de su cierre. Un buen George Clooney no sale indemne, queda tocado por el sistema, ensuciado. (Como el mismo actor, al que echaron en cara en una rueda de prensa que él mismo trabajaba para las grandes majors haciendo anuncios).
Como dice el personaje a una verduga sudorosa : yo soy un solucionador, a mí sólo tienes que comprarme, no tienes por qué matarme.
Michael Clayton, podría ser el iniciador de una saga sobre un abogado justo contra el mal, me ha hecho pensar hasta qué punto no somos más que simples peones, piececitas atrapadas en el engranaje de la gran maquinaria de hacer dinero. Y que hacer justicia es muy complicado, porque el dinero importa más que la vida humana.
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