
Viendo esta peli me vinieron a la memoria mis días adolescentes. Yo también pensaba que era un chaval a lo Spielberg, soñador y preparado para lo asombroso, que no para lo mundano.
Al igual que el protagonista de Disturbia, espié por mi ventana (pero a principios de los años 90) a una chica de mi edad durante un verano, a la que, al igual que en la historia, llegué a conocer bastante bien en la distancia que separaban nuestros bloques.
También le dije, aunque calladamente, sin que me oyera, todo lo que sabía de ella, que su color favorito es el verde, porque hace juego con sus ojos, que le gusta leer en la cama, aunque no estudiar para los exámenes de septiembre, que compartía de pequeña la cama de sus padres con su hermana mayor para jugar, que lo hizo por última vez en la víspera de la boda de ella, que la vi llorar por la muerte de su abuela....también, al igual que en la peli, la ví hacer gimnasia (para lucir palmito en la playa donde marcharía el mes siguiente) y también coincidimos en la peli en que me vió, más de una vez, mirándola, y desarrollamos una breve, extraña y casi siempre incómoda callada antirrelación.
No pasó de ahí, el resto es cosa de la peli. Las aventuras, el romance, el crimen, las cámaras y prismáticos y el entretenimiento eficaz lo téneis en el cine.
Tuve recuerdos similares cuando ví otras historias con amor voyeur como las de Ojos que Te Acechan ó American Beauty.
En Disturbia A mi me colaron gratis en el cine, la nostalgia la puse yo.
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