23 ó el Corazón del Angel:
El otro día fuí a un centro comercial para conectarme un rato a internet en un Cybercafé. Al encontrarlo cerrado me asomé a la cartelera del cine de al lado a ver que pelis ponían esa noche, encontrando para mi sorpresa que continuaban programando El Número 23, película que según la prensa habían retirado ya de las carteleras de la ciudad. Charlando con mi colega Rafa El Ojos, el acomodador de la entrada al cine, se ofreció a colarme en la proyección, pero comprobó que aún nadie había entrado a ver la peli y lo mismo no la proyectaban finalmente.
"No te preocupes", le dije, "compraré mi entrada", me asomé a la taquilla, y allí estaba Carmen, otra amiga, que después de conversar un ratito, me dijo, "espera que llamo a Nel (el proyeccionista, al que también conozco, aunque menos)", y le dijo "Nell, está aquí un amigo, Santi, que lo voy a colar en la peli de sala 7, ¿se la pones?".
Total, que no sólo mis amigos del cine me colaron a ver esta peli sino que la proyectaron adrede sólo para mi, ya que nadie más llegó a entrar a verla. Una peli que no tenía planeado ver, que ni sabía que estaba en cartel aún, pero que estaba destinado a hacerlo de esta forma especial, parece ser.
Todos estos acontecimientos me llevan al 23, sin duda, como todo lo que aparece en esta entretenida historia que ya comentó Juanma Santiago (el Santi) en comentarios anteriores de este blog.
Y además me gustó bastante. Sí, puede que el final pueda mejorarse mucho, pero no me parece incoherente, lo bonito es el viaje a través de la cábala y la memoria, que, como en el Corazón del Angel (peli a comentar algún día), siempre guarda sorpresas.
Onírica, envolvente, y sobre todo, bien narrada, de marcada estética, esta peli tiene los aciertos de una peli modesta en sus pretensiones pero llevada con esmero hasta casi lo inquietante, con una atmósfera que ya vimos en Asesinato en 8mm ó Última LLamada, del mismo director. Ojalá sus Batmans de hace unos años hubieran sido algo más adultos y comiqueros como la novela de este Número 23 y menos camp y coloristas.
El otro día fuí a un centro comercial para conectarme un rato a internet en un Cybercafé. Al encontrarlo cerrado me asomé a la cartelera del cine de al lado a ver que pelis ponían esa noche, encontrando para mi sorpresa que continuaban programando El Número 23, película que según la prensa habían retirado ya de las carteleras de la ciudad. Charlando con mi colega Rafa El Ojos, el acomodador de la entrada al cine, se ofreció a colarme en la proyección, pero comprobó que aún nadie había entrado a ver la peli y lo mismo no la proyectaban finalmente.
"No te preocupes", le dije, "compraré mi entrada", me asomé a la taquilla, y allí estaba Carmen, otra amiga, que después de conversar un ratito, me dijo, "espera que llamo a Nel (el proyeccionista, al que también conozco, aunque menos)", y le dijo "Nell, está aquí un amigo, Santi, que lo voy a colar en la peli de sala 7, ¿se la pones?".
Total, que no sólo mis amigos del cine me colaron a ver esta peli sino que la proyectaron adrede sólo para mi, ya que nadie más llegó a entrar a verla. Una peli que no tenía planeado ver, que ni sabía que estaba en cartel aún, pero que estaba destinado a hacerlo de esta forma especial, parece ser.
Todos estos acontecimientos me llevan al 23, sin duda, como todo lo que aparece en esta entretenida historia que ya comentó Juanma Santiago (el Santi) en comentarios anteriores de este blog.
Y además me gustó bastante. Sí, puede que el final pueda mejorarse mucho, pero no me parece incoherente, lo bonito es el viaje a través de la cábala y la memoria, que, como en el Corazón del Angel (peli a comentar algún día), siempre guarda sorpresas.
Onírica, envolvente, y sobre todo, bien narrada, de marcada estética, esta peli tiene los aciertos de una peli modesta en sus pretensiones pero llevada con esmero hasta casi lo inquietante, con una atmósfera que ya vimos en Asesinato en 8mm ó Última LLamada, del mismo director. Ojalá sus Batmans de hace unos años hubieran sido algo más adultos y comiqueros como la novela de este Número 23 y menos camp y coloristas.
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