El fotógrafo de Mauthausen es una película necesaria y digna. Quizá necesitaría más millones de presupuesto para dar mejor en imagen, y tampoco se acaba de definir bien al protagonista, que es devorado de alguna manera por los personajes secundarios, tanto españoles como alemanes. Estos últimos, sobretodo el director del campo, un cruel y psicópata militar de las SS, están muy bien interpretados y también le roban protagonismo a Mario Casas. Al final, cuando ves la secuencia en la que los presos republicanos cuelgan una pancarta en Mauthausen dando la bienvenida a las tropas de liberación aliadas, te hace pensar que nuestra democracia no les ha hecho suficiente justicia ni les ha homenajeado como se merecen. Algo falla en nuestro país cuando los fascistas franquistas son prácticamente intocables y los héroes republicanos antifascistas son reivindicados por el Govern catalán, la sociedad catalana y por la izquierda española, pero no por la democracia ni las instituciones nacionales. Creo que de ahí viene un problema grave que arrastramos y que se va a solucionar de mala manera, dentro de unas décadas, con la abolición de la monarquía y la independencia de Cataluña, región cuyos nacionalistas e independentistas se precian de ser antifranquistas y republicanos, como si fueran los únicos que lucharon contra Franco. No olvidemos que Francesc Boix y sus compañeros fueron comunistas, la resistencia antifranquista más activa.

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