Hubo un tiempo en el que yo también leí Canto a mí mismo, del Homero americano Walt Whitman. Siempre es bueno releer a los clásicos, sobretodo cuando sus palabras siguen sonando hermosas, profundas y actuales. Los americanos tienen en Whitman a uno de sus narradores de la libertad interior y el enamoramiento del paisaje. Si esto lo mezclas con los filósofos griegos, las decisiones a las que te aboca la vida y lo que uno siempre ha sido, aunque lo enmascare, tienes Hojas de Hierba, la película. Tragicómica, leve y profunda, a veces parece un episodio de Me llamo Earl o una parodia de las pelis de los Hermanos Coen. Edward Norton hace un gran papel doble, y todos los secundarios están geniales.
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