"Era octubre de 2006.Llegamos caminando a la catedral de Santiago. Hicimos cola. Apoyé mi frente contra la del santo como es tradición, y en voz alta dije mi oración:-Kuato,¡¡dame tu poder!!" Diarios del Camino, por Iosepam Antonium Iacobus.
OJO, ¡SPOILERS!
La nueva DESAFIO TOTAL es muy entretenida y espectacular. Para alguien que no haya visto la versión del año 90 puede resultar incluso novedosa. Algo poco probable creo, ya que el ya clásico de Paul Verhoeven se suele seguir programando a menudo en televisión.
Este DESAFIO TOTAL de Len Wiseman es un reflejo de nuestros tiempos, tanto en lo real como en lo cinematográfico. Vivimos en una civilización que se cree tecnológica pero que ya no mira a las estrellas, ha renunciado a la conquista del espacio, no lo ve prioritario. Somos, como se decía al comienzo de ATOLLADERO, aquel western futurista comiquero español de Oscar Aíbar con Iggy Pop y Pere Ponce, una sociedad centrada en sí misma, egocéntrica y desmoralizada. Así que los viajes espaciales, los alienígenas y la trama marciana, eliminados. Marte se menciona muy de pasada, como guiño al film original tal vez, pero de una forma que ni los personajes parecen haber visto el planeta rojo ni conocerlo.
Al igual que otros muchos films futuristas, estéticamente este DESAFIO TOTAL está más cerca en parte de la influyente BLADE RUNNER y MINORITY REPORT. Los soldados robots, importantes en la historia, me recuerdan a un híbrido de los droides y los clon troopers de STAR WARS, y se dan un aire a los autómatas del YO, ROBOT de Alex Proyas, si bien son más molones.
Si en el film original veíamos un Marte de mutantes oprimidos que buscaban la independencia de una Tierra en manos de las corporaciones que les explotaban, aquí tenemos un planeta madre inhabitable en su mayor parte (la sombra de Fukushima es alargada), donde los obreros de la colonia australiana deben subir/bajar en ascensor a través del mundo hacia una Europa (la referencia alemana parece inevitable esta vez) que ha creado a la clase baja que explota, esclaviza y finalmente pretende exterminar. La guerra abierta de los ricos contra los pobres, ¿les suena?.
La acción está bien llevada, el reparto bien escogido salvo el peluquín que le colocan a Bryan Cranston, y las diferencias son las justas pero suficientes para desmarcarse del original y buscar voz propia. A saber algunas, no necesariamente las más importantes, el personaje de Kate Backinsale, que aúna como infatigable perseguidora del protagonista los roles iniciales de Sharon Stone y Michael Ironside, y la desaparición así también de más secundarios del film original que le dotaban de entidad.
El argumento está bien construido y no se resiente por ello, más bien al contrario, si es cierto también que en el tramo final, cuando los droides se disponen a invadir Australia, no contamos allí con personajes que conozcamos y nos importen (como Sí ocurría con los mutantes de Marte a los que la corporación privaba hasta del oxígeno) como para dotar a las escenas de mayor potencia dramática emocional.
Ya que llevan a cabo el remake hoy día, tal vez deberían haber aprovechado para plantearlo como una saga/franquicia cinematográfica, para facilitar sus posibles secuelas, intención que siempre hubo con el film inicial y que nunca fructificó. Un buen ejemplo a seguir sería el de la reciente TRON LEGACY, una locomotora en marcha en manos de Disney a partir de un único film de los 80 y sin siquiera recurrir al formato del remake.
Por otra parte, es cierto que tal vez sobren ya sagas en Hollywood ahora mismo, y puede que falten otras de mayor interés.
En los 90 DESAFIO TOTAL 2070 fue una de esas series rodadas en Canadá, que se alejaba muy mucho de la película que le dió título. Marte aparecía como referencia, eso sí, pero la trama y su ritmo pausado estaban más cerca, una vez más, de BLADE RUNNER y un tono algo indeciso pero curioso.
Con todo, este nuevo DESAFIO TOTAL donde gana enteros es en sus escenas de acción, la persecución en coches voladores o en gravedad cero dentro del enorme ascensor.
Por señalar algún detalle más, es notable como Schwarzenegger interpretó a un tipo malo que montaba toda una mascarada para llegar hasta Kuato y la resistencia marciana y exterminarlos, pero su nueva personalidad implantada (el bueno) prevalecía y le conveertía en un héroe, mientras que por el contrario en la nueva versión Colin Farrell, de aparencia también contundente pero más vulnerable, era también un agente del canciller (o sea, malo) pero cambió de bando voluntariamente al conocer a la resistencia, y es después cuando le atrapan los malos y le lavan el cerebro, eximiéndole por tanto de responsabilidad. Ambas premisas son válidas pero creo que la del film original daba más juego. Cuando Arnold se ve a sí mismo grabado diciéndose, "-Eh, yo estaba antes, devuélveme mi cuerpo".
Aquí, en la nueva versión, el malvado canciller quiere lavar el cerebro de nuevo al redimido protagonista, para devolverle su antiguo yo, pero es un error de planteamiento en mi opinión, ya que un cambio de parecer, una traición, no es una nueva personalidad.
A todo esto, lo de menos es RECALL.
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.
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