Se echaba ya de menos una serie en la tele al estilo de “
En los límites de la realidad” o de
“Maestros del horror”. Esta vez han sido los británicos, líderes en la ciencia ficción creativa, Los que han realizado esta serie nueva que emite Cuatro en España, Black Mirror. Sólo he conseguido ver entero el tercer episodio, 15 millones de propósitos, una crítica muy inteligente de la telerrealidad y de los concursos de talentos, metáfora aquí de la dictadura de la imagen, de la virtualidad que nos desconecta a unos de otros, aunque nos dice también que siempre sobrevive el amor, la amistad y la generosidad, lo que de verdad nos hace humanos. Aunque los finales nunca pueden ser felices en este tipo de ficción, y como muchas veces en la vida real, el sistema fagocita cualquier atisbo de crítica o de actitud rebelde y la integra como una opción más de ocio escapista. El poder nos prefiere hedonistas pasivos, ombligos egocéntricos en busca de un placer vacío e infinito.
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