
SUCKER PUNCH es tan hermosa visualmente como extraña para ser una superproducción. Esta historia trágica sobre unas chicas víctimas de continuos abusos que escapan a través de una fantasía delirante por la que lo mismo circulan robots que orcos y dragones en un estado de guerra permanente resulta tan espectacularmente entretenida como triste.
Recuerda a una versión posmoderna y más superficial de la gran y poética BRAZIL de Terry Gilliam, que dejaba un poso tan amargo como esta, si bien a través de un viaje mucho más interesante en definitiva.
Pero SUCKER PUNCH es sobretodo, un video musical elaborado a partir de unas canciones concretas que cimentan lo que nos van a mostrar. Un ejercicio estético de innecesario aunque sugestivo dramatismo, sin más.
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