

1. SOMEWHERE-EN ALGÚN LUGAR
Sólo un apunte a la crítica ya escrita en esta bitácora (término en desuso) por parte de Eiyeljasel :
Al igual que la Coixet en Mapa de los sonidos de Tokio, la Coppola no aburre con sus imposturas de siempre, sino que las asume con madurez y va al grano (todo lo circularmente al grano que pueden) en ambas películas menores o de transición. Coppola habla de lo conoce, ser hija de en un mundo acomodado y vacío. Obviamente, la peli gana con la relación del tío calavera con su hija preadolescente, y lo que transmiten de buen rollo y amor mutuo. Y consigue escenas sueltas de gran belleza, como aquella del patinaje artístico, donde el padre descubre con admiración las dotes artísticas de la hija. Y puntualmente, en la escena del baile de las chicas go-gós en la habitación del protagonista, con la música de fondo de los Foo-Fighters.
2. Mapa de los Sonidos de Tokio es la peli que más me ha gustado de la irritante Coixet en siglos. Quizá porque es difícil que una historia que transcurra en Japón defraude, quizá porque esa imposible pareja de vinatero catalán y asesina japonesa, dentro de un contexto de amour-fou y argumento casi de género, sea tan comiquera, y que por eso mismo, sus empalagosas citas pseudoliterarias de anteriores películas, aquí no caben, o por lo menos, no de la misma manera.
Pienso que a muchos de estos “autores”, el género cinematográfico les puede sentar bien, porque les disciplina no salirse de un cánon o contexto determinado.
Ojalá me hagan caso, porque el cine español, tan abandonado por su público, ya no soporta más cine de autor a cualquier precio, sobretodo si viene de nuestros impuestos.
3. Por otro lado, creo que el espectador español joven suele ser injusto con el cine español, al que desprecia y ningunea sin conocerlo. Debería informarse más, y los creadores e instituciones deberían promocionarlo con intensidad, e incluso colgarlo adecuadamente en internet, para que se pueda descargar con facilidad. (Métanme en la cárcel por decir esto. ¿No creen que sería mejor esa situación que la que tenemos ahora? Por lo menos, el cine español se vería en España, aunque fuese gratis, y eso podría también como rebote llevar a las salas y al dvd a los espectadores). Esta cruzada antipiratería sólo ha conseguido que las películas españolas sean imposibles de ver por la red, y que el resto del cine mundial sea mucho más accesible, y que los creadores y la famosa ministra-cineasta sean vistos como comandita de amiguetes inquisitoriales, el club de la ceja, que sólo protegen sus intereses económicos y políticos, y a los que le importa un bledo ser vistos o no por el público.
Bienvenida sea la crisis abierta por Álex de la Iglesia. Lo peor de la gala de los Goya no fue ver la cara controlada de la ministra-cineasta, sino los mohines ariscos y disconformes de Icíar Bolláin, la vicepresidenta de la Academia, a la que no le gustó nada el discurso del ahora expresidente. El antaño cansino Garci y su cine añejito es sustituido actualmente por la plana mayor progrefeminista, tan académicos y rancios como el anteriormente citado, al que han hecho bueno. (Que conste que respeto mucho a Garci, sobretodo como divulgador y presentador de programas de cine clásico para la tv).
Si las últimas películas de Garci ya nos la veía nadie, cierto es que el cine español progre actual se ve mucho más en festivales extranjeros que en nuestro país, y duele contemplar como estrellitas americanas como Adam Sandler y Jennifer Aniston se patean España para promocionar un mierdón, y la mayoría de nuestros cineastas desprecian a su público natural, nos miran por encima del hombro con sus mensajes moralistas y doctrinarios.
Triste, contradictorio y didáctico es que uno de los exponentes del cine patrio de hoy mismo sea Buried, una cinta con estrella americana rodada en inglés aunque la producción sea española. Y me parece una buena película que seguramente, con ese envoltorio, ha conseguido que muchos españoles vayan al cine a verla o por lo menos, a interesarlos en su búsqueda por internet. ¿A quién coño le interesa descargarse También la lluvia? Ya estamos colonizados, fabricamos cine americano para nuestro propio consumo y para el consumo de ellos, nuestros padres putativos los yanquis.
Con eso quiero decir, que los que tendrían que ser los exponentes de nuestro acervo cultural propio, son rechazados por sus posturas politizadas. De todas formas, me pregunto : ¿cuál es nuestro propio acervo cultural? En esta globalización que todo lo apisona y uniformiza, ¿qué se supone que es el cine español? ¿El que fue, por ejemplo, el de Mario Camus, un cine literario, teatral de grandes interpretaciones, o el variopinto de ahora, desde Fuga de Cerebros a Celda 211, cine de consumo con factura técnica de calidad?. Debería ser un cine que ofreciera todas las opciones para todos los públicos posibles, que éste pudiese elegir. Pero claro, el mercado y la taquilla son la gran apisonadora. Para que haya democracia y libre mercado real, tiene que haber protección y subvención. Es una paradoja contradictoria con todo el argumento anterior.
Si no regulamos, el mercado selecciona de forma implacable y tiende a la concentración y la estandarización de la oferta, pues se va a lo que funciona y es rentable. Pero si sólo se subvenciona, se cae en el abuso y el compadreo de favoritismos y clientelismo político, como ahora. Difícil equilibrio.
No sé, quizá el equilibrio esté en que los insufribles autores progres aprendan a entretener también y a promocionarse – prostituirse al estilo Sandler y Aniston.
No podemos pretender que el cine español sólo se base en el cine de terror, muy valorado fuera, como el francés del mismo género. Debería seguir teniendo cabida un Garci o un Camus, como antes, pero sin esclavizarlos a un pensamiento único ideológico, sea de izquierdas o derechas, dependiendo si es Sinde o Esperanza Aguirre quien te de el dinero. Y los de la Ceja no pueden pretender recibir de todos sitios, de las subvenciones y de la taquilla, pasando del más democrático gusto, el del público.
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