
Nos olvidamos de que los niños ya son personas en potencia, adultos latentes que como otros muchos animales, ensayan la vida jugando, por eso se encuentran más cerca del estado "salvaje", sin civilizar, sin socializar, hacen inmediatamente lo que desean, son puros en sus emociones, sin medias tintas, pero claro, también viven en el egotismo contínuo y egoísta, porque desde que nacen, tienen toda la atención de todos aquellos que les rodean.
En sus fantasías recrean el mundo y representan roles, arquetipos psicológicos que son proyecciones de partes de su personalidad naciente. Los primeros traumas se producen con la separación física del niño con respecto a sus padres, cuando duerme solo, el miedo a la oscuridad, y cuando aparecen otros hermanos y tiene que compartir la atención paterna. El proceso de individuación es duro, y el niño tiene que aprender a empatizar, a ponerse en la piel del otro para darse cuenta de que es uno más, distinto, único, pero a la vez, parecido a los demás. Ahí surge la amistad verdadera y el amor profundo, con el reconocimiento del otro.
El niño visita el mundo de las cosas salvajes, imprevisible, divertido y peligroso, para volver después al cobijo seguro del hogar, donde le espera la madre.
Película preciosa, extraña y verdadera.
Enlace al corto I´M HERE, de Spike Jonze
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