Mi mente occidental cartesiana no está preparada para clasificar o etiquetar a esta estrella del ¿pop? china, Sa Ding Ding, primera punta de lanza de la música del Imperio del Medio lanzada hacia Occidente, que probablemente haya hecho alguna banda sonora para una película histórica de aquel país. Cuando la escucho, me acuerdo de las pantallas gigantes con rostros orientales que aparecían en la visionaria Blade Runner. Claro que en los primeros ochenta se pensaba que sería Japón quien dominaría el mundo. Creo que seré demasiado viejo para aceptar en el futuro el dominio cultural y económico de China, pero juro que esta artista sin prejuicios, me seduce con su heterogénea mezcla de etnicismo, folclore y electrónica.
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