
Pese a que afortunadamente es una versión libre de la historia de Perseo, que evita y omite algunas de las partes más infantiles y desfasadas de la película de 1.980 (el casco de la invisibilidad por ejemplo, más propio de Harry Potter), le sigue faltando contundencia y épica a la par que le sobra un festivo tono estético kich acartonado y vacuo -tanto por la ambientación, vestuarios y maquillajes, como por el casting- que ya tenía (más justificado) la peli protagonizada por Harry Hamlin (del que se hubiera agradecido un cameo). Si preferís asaltar los cielos del panteón griego con auténtica furia mejor hacerlo en los videojuegos de la saga GOD OF WAR.
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