

Bueno, quizá sea excesivo o pretencioso tachar del 8 y 1/2 de Almodóvar su última película. En realidad, lo que siempre me ha gustado más de este director es el tono costumbrista y esperpéntico de sus personajes y situaciones, que además se engloba en una tradición destacable de nuestra cultura del siglo XIX y XX. Cuando Almodóvar refleja tipos en apariencia exagerados, pero que contienen una verdad reconocible y humana de nuestra sociedad, acierta porque nos vemos reconocidos de alguna manera. Cuando se pone trascendental, poético, afrancesado, no siempre lo consigue. El oficio y el arte le han proporcionado una coartada estética, que a nivel fotográfico y técnico, crea bellos encuadres y movimientos, pero no es lo que más me interesa de este autor. En Los abrazos rotos contemplo un folletín buñuelesco, cercano al director aragonés de su época mexicana, y una autoparodia de su propio cine, o por lo menos, del más típico y representativo. Cuando a Almodóvar no se le sobrevalora, y se le coloca en su justo lugar, también gana, porque es único en su estilo, y encontrar películas con firma se está convirtiendo ya en algo harto difícil. Desde Volver, comienzo a creerme como actríz a Penélope Cruz, y aquí, en los Abrazos, es más Ana Belén que nunca. Lluis Homar y ella son creíbles, al igual que José Luís Gómez y Blanca Portillo, y la intriga de las tramas superpuestas se mantiene. Secretos que no son tan terribles, humanos, entrañables en sus miserias. A Almodóvar le pasa como a Woody Allen, incluso en sus obras menores propicia un encuentro agradable y necesario. Como dice el personaje principal, - Las películas tienen que acabarse..las historias tienen que cerrarse.
Esa reflexión sobre el arte-imágen-mirada que mejora la realidad, que cobra vida propia, que es utilizado, manipulado por los actores de la vida real, en función de sus venganzas, pasiones, etc.., y que es realizado como una obra menor, poco importante, que parece hecha por un Almodóvar recién salido de una academia de cine, como si analizando su propia trayectoria quisiera recomenzar de nuevo, convierte a esta película en un punto y coma en la carrera del manchego.
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