ARN, EL CABALLERO TEMPLARIO es un film sueco con una factura de Hollywood en cuanto a espectacularidad, ritmo y épica, que narra la vida del cruzado Arn Magnussson, figura clave en la (pre)historia de Suecia y héroe con algunos paralelismos cinematográficos con El Cid de Charlton Heston. Se alternan en la narración el drama de su amada recluida en un opresivo convento (con una tirana Bibi Andersson como fanática abadesa) y las desventuras del templario en la Tierra Santa asediada por Saladino (mucho más interesantes), con un prólogo y epílogo extendidos y muy interesantes - lo que más me ha gustado de esta entretenida película - con Arn metido de lleno en desconocidas (para mí, ignorante) guerras entre clanes nordicos. Ahí es donde el film alcanza mayores cotas de gesta épica - pese a que las cruzadas también sean sobresalientes - , subrayada por unos personajes tan maniqueos como la fábula medieval que encarnan actores - entre otros- conocidos internacionalmente como Stellan Skarsgard, Vincent Pérez y Simon Callow.
ARN, EL CABALLERO TEMPLARIO es un film sueco con una factura de Hollywood en cuanto a espectacularidad, ritmo y épica, que narra la vida del cruzado Arn Magnussson, figura clave en la (pre)historia de Suecia y héroe con algunos paralelismos cinematográficos con El Cid de Charlton Heston. Se alternan en la narración el drama de su amada recluida en un opresivo convento (con una tirana Bibi Andersson como fanática abadesa) y las desventuras del templario en la Tierra Santa asediada por Saladino (mucho más interesantes), con un prólogo y epílogo extendidos y muy interesantes - lo que más me ha gustado de esta entretenida película - con Arn metido de lleno en desconocidas (para mí, ignorante) guerras entre clanes nordicos. Ahí es donde el film alcanza mayores cotas de gesta épica - pese a que las cruzadas también sean sobresalientes - , subrayada por unos personajes tan maniqueos como la fábula medieval que encarnan actores - entre otros- conocidos internacionalmente como Stellan Skarsgard, Vincent Pérez y Simon Callow.
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