Debido al calorcillo veraniegoDiablo Cody parece una friki en las fotografías que han trascendido de esta guionista. Juno podría ser ella de adolescente en el instituto. La trama del embarazo me interesó muy poco, el acierto es la construcción del personaje de la chavalita, su forma macarra de hablar y su espíritu bonachón de querer arreglar las cosas. Y me quedo sobretodo con la relación de igual a igual que mantiene con el treintañero de clase media alta que va a ser el padre adoptivo de la criatura, un friki que no quiere madurar, coleccionista de comics, fan de las películas malas de terror, compositor de jingles y adorador de los Sonic Youth, que ejerce de colega y de inspirador subcultural, donde se ven las referencias de dos generaciones no tan alejadas, la de los nacidos en los 70 y los nacidos en los 90, con Kurt Cobain como padre putativo y nuevo gurú de la música popular contemporánea. Una generación de jóvenes frustrados que se encuentran con la hora de la responsabilidad, y la nueva hornada que viene detrás, que ya ha asumido los conceptos culturales de la anterior como algo normal, y que parece que está encontrando su sitio antes. La chiquita deslenguada de 16 le ofrece desinteresadamente su hijo a la de 30 y pocos y continúa con su vida normal, dispuesta a no sacrificar su juventud dorada, su banda de Folk-Rock ni a su primer amor adolescente. La niña lo tiene bastante claro, mucho más que los supuestos adultos.
En verdad os digo que Juno es la esposa de Zéus, la que perdona y obra milagros.
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