
Su look fantástico, estructura y personajes me trasladan al cine de los 80, con aquellos títulos sin complejos como fueron Howard el Pato y Los Cazafantasmas, con sus surrealistas y simples enfrentamientos entre el bien y el mal, y ese derroche de humor y efectos especiales.
El Motorista Fantasma, pese a sus evidentes deficiencias, aborda con comedia descreída (bastante de agradecer dado el argumento) la lucha de unos monstruos de estética e estilo marcadamente Heavy (cazadoras de cuero, pinchos y cadenas, botas y motos) contra unos demonios entregados al rollo más bien gótico (elegantes y oscuros abrigos largos, maquillaje pálido..)en unos enfrentamientos que parecen una versión sobrenatural de las peleas de pandilleros de toda la vida.
A resaltar también que, pese a lo que distrae la atención el peluquín de Nicolas Cage (para una vez que la estética calva y macarra que lucía en Con Air no hubiera desentonado), la película me dejó en la retina algunas estampas muy conseguidas, por su belleza plástica (el motorista saltando desde el rascacielos) ,su absurdo surrealista de tono épico (la cabalgada junto al jinete fantasma), su oscuridad (las almas perdidas de San Venganza evitando a rastras por las paredes la luz del Sol) y su buen gusto (cualquier escena de Eva Mendes, el cruce perfecto de Raquel Welch y Cindy Crawford).
En definitiva, un buen rato sin muchas pretensiones, para la adaptación de un comic que podía haber dado para mucho más y queda en mero divertimento (que no es poco), con una historia que no difiere finalmente demasiado de las vistas recientemente en otras películas (algunas también adaptaciones de comics con héroes sobrenaturales) como Spawn ó El Cuervo (con sus parecidos y diferencias resueltos con distinta fortuna).
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