El principal problema que le veía a la tercera temporada de Homeland, además de que no apareciese Brody hasta muy tarde, era que la realidad ya había superado y adelantado a los guionistas, cosa que no sucedió ni en la primera ni segunda temporada, donde la trascendía. Pero leyendo la sección Internacional de El País, casi debo retractarme, pues con las últimas negociaciones entre Occidente e Irán, podría parecer que la CIA hubiese colocado un topo en las altas cúpulas de aquella República Islámica. De todas formas, con la reorganización de los actores geoestratégicos de la zona de Oriente Medio, se me plantean algunas cuestiones ; si EEUU y Europa se acercan a Irán en detrimento de sus antiguos aliados árabes e israelíes, esto supondría una alianza de interés entre Israel y Arabia Saudita para defenderse de la amenaza regional iraní, desobedeciendo a sus antiguos amigos norteamericanos. Saúl, aunque es americano, es judío, y posiblemente amigo del Mossad, y a espaldas de la propia CIA y gobierno americano, ha creado un plan para colocar a un agente secreto favorable, en las altas instancias del ejército de Irán. Lo único que parece forzado es que utilice a Brody como peón para que ayude a ese agente a prosperar dentro de la jerarquía iraní, cuando la realidad sugiere más bien una retirada de EEUU de ese escenario para centrarse en sus rivales rusos y chinos. Una nueva guerra fría entre árabes y persas se ha instaurado en aquella parte del mundo. E Israel, abandonado parcialmente por su antiguo socio, va a tener que trabajar con sus antiguos enemigos árabes para contrarrestar el gran peso e influencia de Irán. Aquí hay varias series de política ficción bastante más interesantes que Homeland, aunque yo propongo un crossover entre la serie norteamericana y la israelí...
Blog de películas, en una época en la que ya nadie lee blogs y donde no se sabe si el cine se seguirá proyectando en salas o sólo en plataformas, tabletas y teléfonos móviles.
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