En MISION IMPOSIBLE III, el equipo de Ethan Hunt vivía una etapa de su trepidante misión en la ciudad vaticana. En ANGELES Y DEMONIOS, Robert Langdom vive su particular carrera de rescate contra el tiempo como un Jack Bauer intelectual y calmado, que en alguna breve escena me recordó al periplo veneciano de la mitificada - por méritos propios - INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA, y que en general me gustó más que aquel entretenido telefilm hipertrofiado que fué EL CÓDIGO DAVINCI. Puede que por mis nulas expectativas o porque algunas películas se disfrutan más bajo las estrellas de un cine de verano.
En MISION IMPOSIBLE III, el equipo de Ethan Hunt vivía una etapa de su trepidante misión en la ciudad vaticana. En ANGELES Y DEMONIOS, Robert Langdom vive su particular carrera de rescate contra el tiempo como un Jack Bauer intelectual y calmado, que en alguna breve escena me recordó al periplo veneciano de la mitificada - por méritos propios - INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA, y que en general me gustó más que aquel entretenido telefilm hipertrofiado que fué EL CÓDIGO DAVINCI. Puede que por mis nulas expectativas o porque algunas películas se disfrutan más bajo las estrellas de un cine de verano.
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